Hay un momento en el que los relatos que cotidianamente escuchamos sobre la búsqueda de un hijo (desde los tratamientos sucesivos de fertilidad, las listas de adopción hasta los últimamente más extendidos ovo o espermodonación y vientres sustitutos) nos transmiten una sensación incómoda: frialdad, excesiva racionalización, abuso de términos vinculados con la economía y la ciencia en una situación que tenemos asociada a las emociones más cálidas y la generosidad más pura. Será la impronta de la clase media, los mandatos sociales o, simplemente, la naturaleza humana que oscurece -así como hace brillar- cualquiera de sus acciones.
En esta novela, Lorrie Moore, desnuda, ejemplifica y recrea estas sensaciones con un caso particular de los anteriores: la adopción. Con su lenguaje trabajado, su ironía, su exposición sutil de los clichés y el humor al que nos tiene acostumbrados.
Tassie, la adolescente del medio oeste norteamericano que narra la historia, nos sumerge en el universo del cultivo de papas, de los primeros trabajos que la ponen en contacto con el mundo, las relaciones con el sexo opuesto, la perplejidad de los vínculos familiares y ese futuro hostil y maravilloso sólo un joven vislumbra de esa manera.
Contemporánea, introduce con gran pericia temas relativamente recientes como la guerra del golfo y el fanatismo religioso, cuestiones que quizás sean –en mi opinión y de ninguna manera para no recomendar fervientemente su lectura- excesivas al proyectar una sombra de oportunismo en un trabajo está más allá de dichas especulaciones.
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