Se lee rapidísimo. Es claro: A la Sra. Mallard, que sufre del corazón, le avisan de la manera más amable posible que su esposo Brently falleció en un accidente ferroviario. Ella llora y se encierra, a recibir un sentimiento que sabe que vendrá pero aún no puede definir. Y le teme. Lo que sigue… sorpresa, y en serio sorprende. Mujeres que hicieron camino: agudas, inteligentes y divertidas.
“ And yet she had loved him--sometimes. Often she had not. What did it matter! What could love, the unsolved mystery, count for in the face of this possession of self-assertion which she suddenly recognized as the strongest impulse of her being!”
|