Como acostumbradamente, Borges nos confunde con autores, textos y circunstancias reales en perfecta e indistinguible amalgama con similares ficticias. En adelanto y sintonía con las variadas revisiones acerca de la historia que fundó hace más de dos mil años una de las religiones más importantes que imperan en Occidente, el autor –con la voz de su criatura Nils Runeberg- propone tres maneras de interpretar la traición de Judas a Jesús; cada una de ellas elevándola a una predeterminación, sutileza y grandiosidad dignas de un plan trascendente y, sin dudas, divino. A no dejarse amedrentar por el enciclopedismo y la erudición de este corto relato; incluye suposiciones, ideas y dudas que podríamos haber pensado nosotros mismos o, al menos, ideas que hubiésemos querido que pasearan por nuestra imaginación. ¿Quién puede abstraerse del magnetismo de un misterio fundante de nuestra cultura? ¿A quién no le interesan los acertijos cuyas borrosas claves se encuentran a milenios de distancia? ¿Quién puede prescindir de explicaciones generosas, puras y magnánimas para los misterios del mundo? Una invitación a la sorpresa y al deleite intelectual. Cada uno puede elegir su versión preferida (y compartirla). Además, como en el “Tema del traidor y del héroe” se cuela una reflexión sobre la transmisión de los acontecimientos históricos y sus versiones en el tiempo y cómo, finalmente, llegan percibidas en la historia actual. “Suponer un error en la Escritura es intolerable; no menos tolerable es admitir un hecho casual en el más precioso acontecimiento de la historia del mundo. Ergo, la traición de Judas no fue casual; fue un hecho prefijado que tiene su lugar misterioso en la economía de la redención.”
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